España es un país con gran biodiversidad de avifauna y una amplia red eléctrica, que se extiende a lo largo de 800.000 km de líneas eléctricas. La interacción entre ambos factores, genera principalmente impactos negativos para las poblaciones de aves, ya que el uso de las infraestructuras eléctricas como posaderos, lugares de reposo o plataformas de anidamiento, provoca una elevada mortalidad, por electrocución en los apoyos o, por colisión contra los cables aéreos.
En España, las incidencias por electrocución en tendidos eléctricos están catalogadas como la principal causa de mortalidad de varias especies de rapaces y una de las causas de muerte no natural más común en otras especies, suponiendo una importante reducción de sus poblaciones. La cifra anual de mortalidad estimada por el Ministerio para la Transición Ecológica es de 33.000 aves, de las que el 85% son rapaces (en Galicia se detectaron 33 electrocuciones en el periodo 2013-2017, con 5 especies afectadas).
Además de los efectos directos sobre las poblaciones de avifauna, la electrocución de aves en los tendidos eléctricos genera efectos colaterales, ya que tras el incidente puede producirse la ignición del cuerpo, que si cae al suelo puede provocar incendios forestales. En el periodo 2000-2012 se registraron en España, 30 incendios forestales mediados por fauna, con un promedio de 9 hectáreas afectadas, representando el 2.4% del total de los incendios vinculados a tendidos eléctricos. Las especies más frecuentes involucradas en el origen de estos incendios fueron rapaces diurnas, seguidas por especies de la familia Corvidae y por rapaces nocturnas.
La electrocución de fauna representa una causa infravalorada de incendios forestales, representando un impacto ambiental por pérdida de biodiversidad y por emisiones directas a la atmósfera (estimadas en 18.000 toneladas de CO2), y además un impacto económico asociado a reparaciones (estimado en 7,6 – 12.4 millones de euros).
Los incidentes derivados de la electrocución de aves pueden reducirse y/o evitarse aplicando medidas preventivas o correctoras. Con el desarrollo del proyecto LIFE para la adecuación de tendidos eléctricos con riesgo para la avifauna en Aragón, se ha comprobado una reducción de un 94% en el riesgo de electrocución y del 83% en la mortalidad.
Para asegurar la efectividad de estas medidas es necesaria la elaboración de estudios técnicos ambientales que determinen la aplicación de modificaciones estructurales en los apoyos, los materiales a emplear