La sostenibilidad empresarial, ese reto a la innovación, a la creatividad y a la experimentación de nuevas formas de producir y hacer negocios, genera innumerables ventajas desde el punto de vista económico.
Te explicamos de manera breve los 5 principales motivos por los que las empresas siguen apostando a día de hoy por esta filosofía de mercado:
1. Existe una tendencia del mercado a preferir marcas comprometidas con la sociedad y el medioambiente. Y no nos referimos solo a los consumidores con principios y valores de responsabilidad social y ambiental, sino a la percepción general que está cambiando en la gran mayoría de la población. Un ejemplo, el informe “Americans’ Actions to Limit Global Warming”, en el cual señalan que el 50% de los consumidores estadounidenses considera el impacto ambiental de los productos antes de realizar una compra.
2. La actitud de sus empleados repercute en mejor productividad. Tras más de 40 años de las primeras revoluciones a favor de la protección ambiental, prácticamente todos los empleados han crecido bajo el paraguas del respeto al entorno social y natural. Bajo este paradigma, las personas se sienten más afines a su compañía cuando esta es responsable socialmente, lo que se traduce en mayor compromiso con sus metas y objetivos.
3. El indicador coste/beneficio de implementar soluciones ecoeficientes resulta favorable. Si tenemos en cuenta el escenario de competitividad actual y los resultados de productividad, las empresas que tienen en cuenta la trazabilidad ecológica del ciclo de vida de sus productos y servicios consiguen obtener un valor diferencial clave. Un ejemplo, es ampliamente conocido el hecho de que aquellas compañías que emplean sus desechos como materias primas para otros sectores o ciclos productivos, consiguen importantes inputs finales.
4. El crecimiento en la imagen exterior como una marca social y ambientalmente consciente lleva de la mano un crecimiento en las ventas. Las empresas que administran sus asuntos de sostenibilidad con transparencia, tienden a obtener mejores resultados en el largo plazo. Los inversores a cualquier nivel están cada vez más atentos a las compañías que implementan acciones en este campo. Un ejemplo, el elevado número de instituciones financieras que se rigen bajo la iniciativa de Principios para la Inversión Responsable de las Naciones Unidas, y que sigue aumentando día a día.
5. Las regulaciones ambientales son cada vez más estrictas en todo el mundo, sobre todo en los países desarrollados y con una creciente presión hacia su cumplimiento por un sector cada vez más amplio (e informado) de la sociedad. Las empresas que no invierten en sus departamentos de sostenibilidad y medioambiente, o no integran sus directrices en todas las escalas de su estructura, sufren el riesgo de pérdidas a base de multas e infracciones, en muchos casos millonarias, y, aún peor, desprestigio social. Un ejemplo, el reciente escándalo Volkswagen de los motores trucados en emisiones gaseosas.