La energía eólica off-shore o marina es aquella que se genera en parques eólicos localizados en el medio marino. Aquí la ausencia de obstáculos geológicos minimiza las turbulencias eólicas, por lo que se consigue un viento más constante y a mayores velocidades que en tierra firme, además de disponer de más horas de viento anuales. Este recurso eólico “mejorado” permite una mayor producción eléctrica, disminuye la fatiga de los aerogeneradores y permite instalar máquinas de mayor potencia unitaria. La inversión económica por MW construido es mayor que en tierra (aproximadamente 3 millones de euros frente a 1 millón de euros en tierra), pero comparativamente la elevada generación eléctrica que se obtiene compensa con creces esta diferencia.
A nivel mundial este tipo de generación eólica se encuentra en proceso de desarrollo. En los últimos años, los avances tecnológicos al respecto están siendo notables, y cada vez sale más rentable la construcción de este tipo de parques eólicos. En Europa la eólica off-shore destaca en Reino Unido (3.300 MW) y Dinamarca (1.200 MW), así como en Alemania, donde en la actualidad se encuentran en construcción unos 2.200 MW que se sumarán a corto y medio plazo a los 200 MW existentes.
El parque eólico off-shore más grande del mundo se encuentra en el estuario del Támesis (Reino Unido), el London Array. Inaugurado en julio de 2.013, cuenta con 175 aerogeneradores de 3,6 MW de potencia unitaria, es decir, 630 MW que abastecerán de energía eléctrica a medio millón de hogares.
Si se cumplen las previsiones del sector, y todo parece indicar que así será, dentro de ocho años, la Unión Europea tendrá 40.000 MW eólicos marinos instalados frente a sus costas, lo cual pasa necesariamente por una inversión de unos 140.000 millones de euros.
En el caso de España, las características constructivas de los aerogeneradores marinos limitan en la actualidad sus posibilidades de emplazamiento. Localizar profundidades del lecho marino inferiores a 50 m y a 30-50 km de la costa, donde suelen ubicarse en otros países, es altamente complejo. Sin embargo, no debemos dejar pasar esta oportunidad y aprovechar los 8.000 km de longitud de nuestras costas. Por ello se están realizando ya los primeros prototipos de aerogeneradores flotantes, los cuales no requieren de una cimentación propiamente dicha como los existentes en el Norte de Europa, sino que podrían implantarse independientemente de la profundidad de la plataforma continental o el suelo marino. En el Centro de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo (CEHIPAR), en Madrid, se han venido desarrollando en los últimos años diversos proyectos. Así, por ejemplo, el Ocean Lider o el Flottek financiados por Iberdrola, o el HiPRWind de Acciona, están experimentando este tipo de aerogeneradores flotantes que podrían ser capaces de rendir potencias unitarias de hasta 10 MW.
Es necesario que la industria nacional aplique el know-how que posee en el sector naval internacional y en el eólico terrestre para ser líder mundial en la implementación de la eólica off-shore. Según los datos de las asociaciones del sector, está en juego la creación de unos 10.000 puestos de trabajo, aunque no se llegase a instalar ni un solo megavatio en las costas españolas.
Con esta finalidad, el 1 de agosto de 2.007, la Administración Central publicaba en el BOE el Real Decreto 1028/2007, relativo a la tramitación de instalaciones de generación eléctrica off-shore. Esta norma dividía el Dominio Público Marítimo-Terrestre en Áreas Eólicas Marinas y regulaba el procedimiento de tramitación de parques eólicos marinos de más de 50 MW. El estudio estratégico ambiental que acompañaba a este decreto descartó los parques a menos de ocho kilómetros de distancia de la costa y clasificó el litoral español en zonas aptas, no aptas y "aptas pero con condicionantes" para la explotación del recurso. Sin embargo, 7 años después de su publicación no ha sido instalado ni un solo megavatio de energía eólica off-shore en España. El único prototipo a escala real totalmente operativo, financiado y construido por Gamesa, se trata de un aerogenerador de 5 MW localizado en Arinaga (Gran Canaria) que fue inaugurado en octubre de 2.013. No se trata de un aerogenerador off-shore propiamente dicho, dado que se encuentra instalado en el puerto de dicha localidad, pero sus características técnicas de aprovechamiento eólico son equiparables a las de este tipo de elementos.
El motivo de esta falta de desarrollo eólico marino es, según las empresas promotoras, la escasez de inversión y financiación por parte de las administraciones públicas. Los primeros proyectos presentados hace unos 10 años están guardados en el cajón y, salvo unas pocas iniciativas privadas que reconocen el potencial del sector en el territorio nacional, no parece haber interés actual del Gobierno Central por la instalación de este tipo de infraestructuras.Parece necesaria por tanto, una vez más, una mayor implicación por parte del sector público y de los gobiernos centrales y autonómicos. En un país como España, en el que ya existe el conocimiento y la tecnología habilitada para desarrollar este tipo de generación eólica, deberían darse las capacidades financieras necesarias para fomentar la instalación de parques eólicos off-shore. Así lo están haciendo ya otros países del norte de Europa, donde la situación de esta industria y las condiciones geográficas son similares. De lo contrario estaremos perdiendo una nueva oportunidad de desarrollo tecnológico e industrial, así como de la consecuente creación de puestos de empleo y riqueza económica asociada.