La Vespa velutina, o avispa asiática, es un insecto himenóptero nativa del sudeste asiático. Este animal se ha hecho bastante famoso durante los últimos años en nuestro territorio debido a que se trata de una especie invasora que está causando estragos en el sector de la apicultura en la cornisa cantábrica. Llegó a España a través de Francia, país al cuál se cree que llegó a su vez escondida en una importación de alfarería procedente de China en 2004.
Es un tipo de avispa bastante grande, llegando a 3 centímetros de largo las obreras, y 3.5-4 las reinas, con colores más oscuros que las especies de avispa españolas, y con los extremos de las patas amarillos.
Las avispas adultas se alimentan de frutas maduras principalmente (lo que puede causar daños en los cultivos de este tipo), pero las larvas se alimentan de insectos, cazados por las adultas, y de estos insectos cazados, alrededor de un 80% son abejas, a las que esperan en la entrada de las colmenas y las atrapan cuando vuelven de recoger polen. Una sola avispa puede capturar unas 50 abejas diarias. Esto provoca que las abejas de una colmena atacada dejen de salir, lo que a la larga provocará la desaparición de la colmena, siendo necesarios muy pocos ejemplares de la avispa para que esto ocurra. Como las abejas son polinizadores muy importantes, el descenso drástico de su número puede tener consecuencias graves para el medioambiente, y también para todo el sector agrícola, y como las abejas no son el único tipo de insecto que atrapan, reducen la cantidad de alimento disponible para los insectívoros autóctonos, lo que puede alterar las cadenas alimentarias y una consiguiente pérdida de biodiversidad. También generan preocupación en entornos urbanos si hay nidos, aunque es poco peligrosa si está sola y lejos del nido.
Las reinas de Vespa velutina, tras pasar un período de hibernación, se vuelven activas cuando las temperaturas suben lo suficiente, y empiezan a formar un nido en el que ponen unos pocos huevos. Tras la eclosión de unas cuantas obreras, en verano, estas pasan a encargarse de la construcción del nido, que puede llegar a tener más de 500 individuos, y se suelen encontrar en lo alto de los árboles, alcanzando hasta 1 metro de alto y 0,8 de ancho. En otoño la reina pondrá los huevos de los que saldrán machos y otras reinas, y morirá al poco tiempo, siguiéndole las obreras poco después; los machos harán lo mismo tras fecundar a las nuevas reinas, que buscarán un lugar en dónde hibernar.
Los métodos para combatir a la avispa asiática se basan principalmente en un seguimiento de su expansión, de la captura selectiva de las reinas, y la detección y eliminación de los nidos.
- Captura selectiva de reinas. Consisten en trampas que contengan líquidos atrayentes. Estos líquidos pueden ser cerveza negra y cera vieja fermentada, entre otros, y se colocan en las proximidades de los colmenares, y en el radio de dispersión de los nidos de avispa del ciclo anterior.
Siempre que se pueda, la trampa deberá iniciarse con una avispa congelada, para que las feromonas producidas por esta actúen de reclamo para sus congéneres y queden atrapadas en la trampa.
Los períodos de captura se realizan tanto en primavera, en la que las reinas salen de la hibernación para comenzar la construcción de nidos, como en otoño, en el que las reinas jóvenes buscan un lugar en el que hibernar.
Se debe de buscar que las trampas sean lo más específicas posibles, o de lo contrario podría tener el efecto opuesto al deseado al eliminar a competidores de la avispa asiática. De hecho, uno de las cosas que se buscan es una sustancia que atraiga únicamente a la avispa asiática, cosa que a día de hoy aun no se ha conseguido. Además, hay cierta controversia con el trampeo en primavera porque es cuando las reinas se pelean a muerte por los mejores lugares de construcción del nido, y eliminar a unas pocas podría simplemente dejar el número óptimo de reinas. Hoy por hoy, el método del trampeo ayuda a minimizar daños en los colmenares y a monitorizar la especie, pero son completamente inefectivas a la hora de impedir su expansión.
- Eliminación de nidos. Se requiere de su detección en primer lugar, y en esto es importante la colaboración ciudadana. Tras ser notificada y verificada la presencia de un nido, se procederá a su eliminación, por personal debidamente preparado y equipado (trajes de protección, guantes, máscaras) por métodos que pueden ser:
- Químicos. Utilización de insecticidas, principalmente. Deben seguirse siempre las indicaciones de la etiqueta del producto y las de la administración responsable.
Estos métodos no siempre pueden aplicarse debido a la inaccesibilidad de algunos nidos, y además, los insecticidas presentan el inconveniente de que pueden dañar a especies no objetivo. Por estas razones, se le da prioridad a los métodos de eliminación mecánicos o biológicos.
- Mecánicos. Se utilizan siempre que el nido sea de fácil acceso, y consisten en tapar la entrada del nido de forma rápida, y luego introducirlos en bolsas que resistan los ataques del insecto, para su posterior destrucción. También se puede disparar a los nidos, o quemarlos, pero se requiere autorización previa por la institución responsable, y siempre como último recurso, ya que es muy fácil que se produzca la dispersión de obreras que si bien sólo podrán producir nidos no viables, estos sí pueden generar alarma social y alertas falsas.
La utilización de enemigos naturales puede ser una herramienta muy eficaz, y es objeto de estudio. Una opción es la utilización de parásitos, pero debe tenerse cuidado con que no cause daños colaterales a otras especies como pueden ser el avispón europeo (Vespa crabro), especie autóctona que compite directamente con la avispa asiática por el territorio disponible, teniendo además cierto éxito sobre ella, ya que su mayor tamaño la intimida y que, si bien también caza abejas, tiene mucha menos predilección por estas y su impacto en las colmenas no es significativo normalmente. Esto además hace importante saber diferenciar a las 2 especies para evitar la destrucción del nido equivocado y beneficiar sin quererlo a la especie invasora. Así mismo, el estudio del uso de depredadores es interesante, ya que se han observado pájaros como el abejaruco común o el alcaudón dorsirrojo atacar a la avispa.
Por su parte, métodos utilizados por los apicultores para proteger sus colmenas, también toman medidas como la creación de trampas caseras; el traslado de las colmenas a lugares más altos, en dónde hay menos avispas; o mallas de protección rodeando las colmenas, de forma que puedan pasar las abejas pero no las avispas.
En general, se están buscando formas de combatir a la avispa asiática de forma barata, eficaz, y con daños colaterales mínimos, ya que todo lo indicado, si bien reduce daños, no evita que siga causando problemas serios a día de hoy.
NOTA SOBRE EL AUTOR: Esta noticia la ha redactado David Núñez Lema, graduado en Biología por la Universidad de A Coruña, quien en el momento de su elaboración y publicación se encontraba realizando las prácticas extracurriculares en EMBERIZA ESTUDIOS AMBIENTALES S.L.