En las ciudades y sus periferias las aves representan un importante componente dentro de la biodiversidad urbana. La colisión de aves contra cristaleras o ventanas de edificios es un fenómeno poco estudiado pero que puede afectar significativamente al porvenir de las poblaciones silvestres de aves, siendo especialmente importante en aquellos ejemplares de carácter migratorio, por interrumpir un proceso biológico esencial para las aves.
Un dato relevante: en Estados Unidos se estima que la mortandad anual de aves por colisiones contra edificios oscila entre 365-988 millones de individuos; horquilla que, aun siendo considerablemente amplia, no por ello deja de ser significativa. En Europa algunos estudios indican un importante número de mortalidad en determinados puntos negros, y las estimas de la Sociedad Española de Ornitología (SEO) indican la muerte de 100 millones de individuos al año bajo estas circunstancias.
La transparencia y la reflexión de los cristales son la principal razón de estos encontronazos. Si a través del cristal de una ventana puede verse el interior del espacio, las aves pueden percibirlo como un agujero o medio para alcanzar el otro lado y lanzarse así a atravesarlo.
Otra confusión se produce con el efecto espejo de las fachadas acristaladas, al reflejar en ocasiones elementos del medio como árboles y crear la falsa ilusión de una continuidad en el paisaje. Ello indica la necesidad de tener especialmente en cuenta las grandes fachadas reflectantes situadas frente a zonas arboladas o bien vegetadas, como parques y jardines.
Ante esta situación existen diferentes medidas preventivas. Así, la construcción de grandes edificios con cristales de baja reflexión reduce el efecto espejo de las fachadas. Un método clásicamente usado, que con el tiempo se ha visto su baja eficacia, ha sido la colocación de pegatina con siluetas de aves rapaces. Las cristaleras de las autopistas son un claro ejemplo. Mejores resultados indican la colocación de pequeñas pegatinas siguiendo patrones fijos, como mallas con círculos o cristaleras rayadas pues permiten a las aves detectar el cristal como un obstáculo. Es un método económico y eficaz para reducir las colisiones. Con todo, en ocasiones, estas medidas causan una reacción negativa en las personas por el impacto en la estética de la estructura y se hace necesario buscar otras alternativas.
Por ello, es conveniente seguir aumentando los conocimientos mediante investigación sobre los efectos que este tipo de medidas mitigadoras ejerce en los diferentes grupos de aves, especialmente en las aves migradoras. Y, en cualquier caso, que un experto realice un análisis del problema en concreto antes de decidir la medida a adoptar.
Fuentes consultadas:
Aymí, R., González, Y., Lopez, T., & Gordo, O. 2017. Bird-window collisions in a city on the Iberian Mediterranean coast during autumn migration. Revista Catalana d’Ornitologia 33.
Loss SR, Will T, Loss SS, Marra PP. 2014a. Bird-building collisions in the United States: estimates of annualmortality and species vulnerability. Condor16:8–23
Loss SR, Will T, Loss SS, Marra PP. 2015 Direct Mortality of Birds fromAnthropogenic Causes. Annu. Rev. Ecol. Evol. Syst. 2015. 46:99–120