Evolución del Parque Natural Fragas del Eume
Hace 65 millones de años el clima de Galicia era subtropical, caracterizado por temperaturas cálidas y un alto grado de humedad. Los helechos arbóreos, las secuoyas o las palmeras dominaban el paisaje. Desde entonces, sucesivos períodos glaciares fueron modificando el clima y terminaron por provocar la extinción local de muchas de estas especies, consideradas hoy en día exóticas y de latitudes tropicales y ecuatoriales. Sin embargo, algunos enclaves resistieron el paso de los hielos y sirvieron de refugio a muchas especies. El Parque Natural de las Fragas del Eume es uno de ellos.
Las Fragas del Eume se declararon Parque Natural en 1997 y hoy en día están protegidas por la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (modificada por la Ley 33/2015, del 21 de septiembre). Cuenta con una extensión de unas 9.000 hectáreas y limita con As Pontes, Pontedeume y Monfero. Siendo uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados del continente, estas fragas costeras flanquean el río Eume, de 100 km de longitud, a su paso por la provincia de A Coruña.
Las Fragas del Eume son un tesoro natural que es necesario preservar
Una prueba de su valor ecológico es su reconocimiento como Zona de Especial Conservación (ZEC), incluida en la Red Natura 2000, regulada por la Directiva 92/43/CEE, conocida como Directiva Hábitat.
Entre los Hábitats de Interés Prioritario presentes en este Parque Natural, encontramos:
- Brezales húmedos atlánticos de zonas templadas de Erica ciliaris y Erica tetralix, propios de los sustratos ácidos húmedos presentes en las fragas.
- Turberas altas, turberas bajas y áreas pantanosas. Humedales alimentados por las lluvias convirtiéndose en un espacio idóneo para organismos acuáticos como anfibios o insectos. Entre ellos, destacamos el sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi), incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
- Bosques de ribera de aliso (Alnus glutinosa) y fresno (Fraxinus spp.) propios de la mitad septentrional y occidental ibérica, sirviendo de refugio a especies como el mirlo acuático europeo (Cinclus cinclus) y el desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), presente en el Catálogo Español de Especies Amenazadas como vulnerable. Estas especies son bioindicadores de la calidad de las aguas del Eume, ya que solo se encuentran en cursos de agua limpios y oxigenados.
Mirlo acuático europeo (Cinclus cinclus)
En términos de vegetación, son especies como los robles, hayas, abedules, melojos, fresnos o laureles las que conforman estos bosques atlánticos de hoja caduca. La protección geográfica que supone el cañón del Eume permitió a las fragas resistir el paso del hielo glacial, como comentábamos al principio del artículo, y servir así de refugio a diferentes especies como Woodvardia radicans, Culcita macrocarpa o Davallia canariensis. Estos helechos convivieron con los dinosaurios y actualmente su área de distribución natural es el archipiélago canario, la isla de Madeira o Cabo Verde, quedando relictos en diferentes espacios, como en las Fragas del Eume.
Las condiciones de alta humedad y temperatura estable permiten a estas especies continuar con sus ciclos vitales y nos recuerda que, hace millones de años, Galicia tuvo un clima subtropical.
Esta noticia ha sido redactada por Daniel García Silveira y Sara González Rodríguez.