Desafíos para la Conservación de los Cetáceos en el Estrecho de Gibraltar

Medio natural y biodiversidad

El Estrecho de Gibraltar es un ecosistema de gran relevancia, ya que constituye la única conexión entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, con una anchura mínima de tan solo 14 km en su punto más estrecho. La mezcla de corrientes ricas en nutrientes convierte al Estrecho en un área altamente productiva, favoreciendo la presencia de diversas especies de peces y cetáceos, además de actuar como un corredor migratorio clave para el atún rojo (Thunnus thynnus), varios cetáceos y, especialmente, para aves planeadoras como grandes rapaces y cigüeñas.


En esta zona habitan siete especies de cetáceos protegidos según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. Entre ellas se encuentra el delfín común (Delphinus delphis), catalogado como En Peligro en el Mediterráneo; el calderón común (Globicephala melas) y la orca (Orcinus orca), ambas En Peligro Crítico en esta región; así como las subpoblaciones mediterráneas del rorcual común (Balaenoptera physalus) y el cachalote (Physeter macrocephalus), clasificadas como En Peligro. Además, en la zona también habitan el delfín listado (Stenella coeruleoalba) y el delfín mular (Tursiops truncatus), ambas especies catalogadas como Preocupación Menor.


Sin embargo, la ubicación estratégica del Estrecho lo convierte en una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, con aproximadamente 116.000 embarcaciones cruzándolo cada año. Este intenso tráfico marítimo genera múltiples riesgos para los cetáceos, como colisiones con embarcaciones - un ejemplo de ello fue la colisión de un buque de gran tonelaje con un cachalote el pasado 27 de julio de 2024, que provocó la muerte del animal - y la contaminación acústica, que afecta su ecolocalización y comunicación, alterando sus patrones de comportamiento y aumentando el riesgo de varamientos.


Además del tráfico marítimo, la interacción con las pesquerías representa una amenaza significativa para los cetáceos en el Estrecho de Gibraltar. Los delfines, en particular, pueden quedar atrapados en redes de enmalle y palangres, sufriendo lesiones e incluso la muerte. Asimismo, la competencia por el atún rojo ha generado conflictos entre pescadores y orcas, cuya supervivencia depende de este recurso. Esta problemática fue abordada en el 5º Simposio Internacional de Orcas, celebrado en Tarifa del 16 al 21 de febrero, un evento organizado por CIRCE (Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceos) y SeaShore, donde se discutieron estrategias para promover una coexistencia sostenible entre la pesca y la conservación de la especie.


Por ello, resulta fundamental reforzar los planes de conservación en el Estrecho de Gibraltar, con un mayor esfuerzo en la aplicación de normativas, el desarrollo de estrategias de mitigación del tráfico marítimo y pesquero, y la implementación de programas de monitoreo. Entre las propuestas más destacadas se encuentra la incorporación de plataformas de observación en ferris, una medida sostenible que permitiría mejorar el seguimiento de las poblaciones de cetáceos y evaluar el impacto de la actividad humana en la región.

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